sábado, 20 de noviembre de 2010

SINDROME DEL EMPERADOR :HIJOS QUE MALTRATAN A SUS PADRES.

No son mayores de edad, pero son los verdaderos jefes de la familia. No son delincuentes comunes, pero pegan, amenazan, roban, agreden psicológicamente... Son los protagonistas del llamado "síndrome del emperador", un fenómeno de maltrato de hijos a padres que se ha instalado con fuerza en la sociedad.

Este tipo de violencia no es nueva, pero en los últimos años su incidencia se ha disparado: desde el año 2000, los casos de este tipo de maltrato se han multiplicado por seis, con cerca de 6 mil 500 denuncias recibidas por la Fiscalía General del Estado el año pasado.

Estos datos podrían reflejar sólo la punta del iceberg del problema, por la resistencia de los padres a denunciar a sus propios hijos. La pasada primavera, un caso sacó a la luz pública esta situación: una madre asturiana rogó a los servicios sociales que se ocuparan de su hija, cuyo comportamiento violento (golpes, robos, amenazas) ya no era capaz de resistir.

Sin embargo, "éste no es un caso característico, la tendencia de los padres es a encubrir el problema", explica Luis González Cieza, coordinador del programa de maltrato infantil de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, y que participó en una jornada sobre el "síndrome del emperador", organizada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

En otros países, el fenómeno se ha tratado durante más años y los datos sobre su incidencia son más preocupantes. Un estudio realizado en Estados Unidos advierte que la violencia (no exclusivamente física) de adolescentes hacia sus padres tiene una incidencia de entre el 7 y el 18 por ciento en las familias tradicionales (en las monoparentales llega hasta el 29, mientras que las estadísticas canadienses aseguran que uno de cada 10 padres son maltratados).

Razones:

¿Qué puede ocurrir en la personalidad de un niño para que llegue a agredir a sus padres? Los expertos señalan innumerables causas genéticas, familiares y ambientales que ayuden al desarrollo de este síndrome.

Carlos Peiró, psicólogo de la Unidad de Orientación a la Familia de la Comunidad de Madrid, menciona, entre ellas, "el abandono de las funciones familiares, la sobreprotección y sobre exigencia simultáneas, los hábitos familiares determinados por la escasez de tiempo, la ausencia de autoridad, la permisividad y, sobre todo, la falta de elementos afectivos, como la calidez en la relación con los hijos. Se les educa más en otros entornos sociales que en la familia, algo que no ocurría hace tan sólo una década".

Sin embargo, para otros expertos, aspectos familiares o sociales, como la permisividad o la ausencia de autoridad, no son suficientes para explicar este fenómeno. Así lo cree Vicente Garrido Genovés, psicólogo criminalista y autor de Los hijos tiranos: el síndrome del emperador.

"Un padre excesivamente permisivo tiene como resultado un hijo caprichoso e irresponsable, pero no un hijo violento. La permisividad puede echar a perder a un niño (hacerse vago, juntarse con malas compañías, cometer delitos), pero si hay violencia es como resultado de un proceso de deterioro personal por falta de educación, generalmente al final de la adolescencia", explicó.

Para Garrido, la clave está en que estos niños "son incapaces de desarrollar emociones morales (como la empatía, el amor o la compasión), lo que se traduce en dificultad para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones".

Por ello, asegura que el "síndrome del emperador" tiene causas tanto biológicas (dificultad para desarrollar emociones morales y conciencia) como sociológicas, ya que, en la actualidad, "se desprestigia el sentimiento de culpa y se alienta la gratificación inmediata y el hedonismo.

"La familia y la escuela han perdido la capacidad de educación, y esto favorece que chicos con esta predisposición, que antes eran mantenidos por la sociedad, ahora tengan mucha más facilidad para exhibir la violencia".

Carlos Peiró coincide en que el elemento decisivo son "las carencias más o menos claras en la adquisición de competencias personales", agudizado por el hecho de que "el hijo ideal de los padres está en franca contradicción con los hijos sociales ideales definidos por la sociedad de consumo".

La importancia de los medios en este factor es clave: "La televisión enseña valores muy hedonistas y consumistas -apunta Garrido-, y dificulta el aprendizaje del autocontrol, es decir, la capacidad de esforzarse por renunciar a cosas inadecuadas y para perseguir metas que requieren esfuerzos. Los hijos tiranos ven en los medios muchas conductas y metas que son coincidentes con lo que ellos desean: pasarlo bien y hacer lo que quieran sin que nadie les obstaculice".

Lo que para muchos es una falta de disciplina que se soluciona con un "cachete a tiempo", es, sin embargo, un problema mucho más profundo que exige "ayudar a que el niño desarrolle una conciencia sólida; ésta es la mejor policía. Y ello se logra aplicando castigos razonables, pero firmes, y explicando las razones morales y prácticas que supone su mala acción. En los casos más graves es, por desgracia, casi imposible", lamenta Garrido.

Las madres, principales víctimas.
Los escasos estudios realizados en España sobre este fenómeno no permiten elaborar un perfil exacto de las familias que acogen a un niño o joven con el "síndrome del emperador". Sin embargo, los expertos coinciden en una mayor incidencia en las familias monoparentales.

"La mayoría de los casos se da en madres que vuelven a tener otra pareja", explica Luis González Cieza. Uno de los pocos estudios realizados al respecto es "La violencia de los jóvenes en la familia, una aproximación a los menores denunciados por sus padres", elaborado por el Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat de Cataluña.

El informe asegura que la madre es la víctima en el 87 por ciento de las ocasiones que se produce este tipo de violencia, y que principalmente recibe agresiones físicas, aunque también son habituales las verbales. En el 13.8 por ciento de los casos, el estudio refleja que la intimidación se produjo con un cuchillo o un arma similar.

González Geza añade que la edad media de los menores denunciados por este tipo de violencia es inferior a la de otros delitos. Mientras que en estos últimos es de 17.5 años, en el "síndrome del emperador"esde 16 años. Sus protagonistas, además, no suelen tener historial delictivo.

Una última característica es que esta violencia familiar tiene una incidencia sensiblemente superior en hijos adoptados frente a los biológicos.

Cómo detectar un 'emperador' en casa:
1.- Incapacidad para desarrollar emociones morales (empatía, amor, compasión, etcétera) auténticas. Esto se traduce en muchas dificultades para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones.
2.- Incapacidad para aprender de los errores y de los castigos. Ante la desesperación de los padres, no parece que sirvan regaños y conversaciones, él busca su propio beneficio, parece guiado por un gran egocentrismo.
3.- Conductas habituales de desafío, mentiras e incluso actos crueles hacia hermanos y amistades.

Cómo enfrentarse al síndrome:
1.- Desarrollar de manera intencionada y sistemática las emociones morales y la conciencia de los hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales.
2.- Establecer límites firmes que no toleren la violencia y el engaño.
3.- Prestar ayuda para que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego.

lunes, 15 de noviembre de 2010

"LA PLUMA ES MAS FUERTE QUE LA ESPADA" : LA ESCRITURA MEJORA LA SANACION.

Escribir diariamente lo que sentimos mejora la salud física y mental. Disminuye la ansiedad y levanta la autoestima. La investigadora de Harvard Susan Bauer-Wu lo aplica en pacientes oncológicos.

SUSAN BAUER-WU. Es investigadora, conferencista y una apasionada experta en mejorar la calidad de vida de pacientes que sufren de cáncer. Hizo 3 estudios para seguir los efectos de la terapia de diario en ellos. (Imagen: Forestmoon.org)

Muchas personas guardan en su diario personal sueños, pensamientos, anécdotas, y esto no es nuevo: sucede desde la antigüedad. Los psicólogos siempre han sostenido que la expresión de emociones es esencial para la salud física y mental. Desde la década del 80, el interés por la llamada "Terapia del diario" (Journal Therapy) o "Terapia de escritura expresiva" (Expressive Writing Therapy) dio lugar a numerosos estudios de investigación.

Expresar las emociones permite liberarse de ellas y de ahí parten la mayoría de las terapias psicológicas. Pero la intimidad del papel y el bolígrafo, o en nuestros días, de la compu, tiene un plus: se puede "sacar" todo, con total libertad, sin "comportarse adecuadamente" ni guardar las apariencias o tener que reducir los miedos o la bronca.
Y además reporta beneficios en los enfermos.

Según la Encyclopedia of Alternative Medicine, la terapia del diario ya es una ventaja para la gente sana. Realza la creatividad, ayuda a hacer frente a la tensión y proporciona un expediente escrito de las experiencias memorables de la vida. "Además distintas investigaciones encontraron que otorga enormes beneficios para quienes atraviesan una enfermedad: aparte de una reducción en los síntomas físicos, las ventajas psicológicas incluyen la reconciliación de conflictos emocionales, un mejor comportamiento en el manejo de la enfermedad, menor ansiedad, más orientación en la realidad y una mejoría en la autoestima", se especifica.

La terapia de escritura expresiva se parece a llevar un diario, pero está más enfocada en lo que molesta o desencadena estrés. Según varios especialistas, muchos pacientes oncológicos evitan los grupos de ayuda, la psicoterapia o los antidepresivos que sirven para hacer frente a los miedos y a los desafíos que la enfermedad trae. Por lo tanto, escribir "para uno" es una alternativa a esos tratamientos. Los investigadores sugieren que dedicando 30 minutos a poner por escrito los pensamientos y sensaciones durante al menos cuatro días, los pacientes pueden mejorar perceptiblemente su salud. Y según los expertos, casi todo el que prueba la terapia del diario se beneficia.

Susan Bauer-Wu, enfermera especializada en oncología y cuidados paliativos e investigadora de Harvard, ha llevado a cabo tres estudios donde dio seguimiento a los efectos de la terapia del diario en pacientes de cáncer de mama u otros cánceres. Notó que aunque el programa clásico requiere de 30 minutos de escritura al día durante cuatro días, los pacientes oncológicos podrían necesitar más que eso. "Hacemos una intervención de cuatro días, pero la repetimos un mes más tarde y nuevamente un mes después", explicó. Los pacientes pueden escribir con un bolígrafo y papel o en una PC. "Lo más importante es encontrar todos los días ese lugar en que se puede escribir con mayor libertad", destaca la investigadora, directora del Phyllis F. Cantor Center for Research in Nursing and Patient Care del Dana-Farber Cancer Institute de Boston (EE.UU).

"Las personas renuentes a escribir, las que dicen que no escriben bien o que no les gusta escribir, pasan por el proceso y tienen un momento de 'iluminación'. Afirman que encontraron algo que no sabían de sí mismas o de la enfermedad, que simplemente surgió en el papel", ha dicho Bauer-Wu. Aunque hay muchos métodos de conducir este tipo de terapia, dependiendo de la técnica del psicólogo o del psiquiatra, el especialista brinda una serie de instrucciones con respecto a la longitud y al foco de la sesión o de las sesiones. "Les indicamos que no deben preocuparse por la puntuación o las palabras, que simplemente se dejen llevar por el proceso", señala Bauer-Wu. "También les animamos a usar como base cualquier cosa que hayan escrito antes", destaca.

Algunos investigadores desconfían de los resultados que destacan una mejoría en la salud en sólo algunas sesiones. Pero varios trabajos avalan esta línea y mencionan desde la disminución en los síntomas de depresión (Carnegie Mellon University, EE.UU, 1997) y un mejor descanso por la noche (University of Texas, EE.UU, 2002), hasta una reducción del dolor, mejorías en pacientes asmáticos y en el sistema inmunológico, etc. (hay 13 estudios al respecto). A nivel psicológico, también se observan ventajas, especialmente en aquellos pacientes cuyos traumas desencadenan efectos clínicos más severos (17 trabajos). De todas formas, tanto los estudiosos de esta terapia como sus detractores solicitan más investigación.

Mientras tanto, los especialistas aconsejan que la terapia del diario sea conducida sólo por un profesional de la salud especializado en el tema. Es que a pesar de que no existen contraindicaciones o "efectos secundarios", durante la terapia, el participante puede, por ejemplo, destapar memorias potencialmente traumáticas, reprimidas o dolorosas. Por lo tanto, un profesional entrenado puede ser necesario para supervisar el proceso y tratar estos síntomas mientras se presentan.

"La premisa es que la tensión interna es mala para nosotros", afirma Bauer. Y como muchos pacientes no participan en grupos de ayuda o están limitados para asistir por estar muy enfermos, ésta sería una alternativa ideal para expresar lo que sienten. Una vez que se conocen los lineamientos básicos, "es autoayuda disponible al instante". En definitiva, es algo que todos pueden practicar: no hay que llegar a la enfermedad para empezar a valorar la salud.