martes, 6 de septiembre de 2011

SIGNIFICADO DE LOS ARCANOS MAYORES : EL EMPERADOR


ASPECTOS NEGATIVOS DEL EMPERADOR

Riguroso, no hay segunda oportunidad, demasiado severo, militarista, demasiado combativo, no puede seguir escuchando, castigos excesivos, demasiado vanidoso, cobardía, mercenario, dictatorial rígido, intolerante, desconfiado, miedo de perder el control, demasiado impaciente, demasiado agresivo/violento, extremista, ,descortés, fiero, impulsos irracionales hacia el peligro, demasiado dominante, egoísta, mal genio, rivalidad, crueldad, se impone.



PALABRAS CLAVE DEL EMPERADOR

Héroes/heroínas, perseverancia, competición, poder, deporte, nuevas posibilidades, pionero, valiente, directo, voluntarioso, autosuficiencia, autoritario, visionario, comandante, presión, poderoso, presunción, motivación, resuelto, seguro de sí mismo, sistema muscular, fuerza/fuerte depredadores/ cazadores, vigilante administración fiable, acción inmediata, ambición, inspirador/feroz, temerario, urgente, vigoroso.


El Emperador aguarda su llegada. Usted entra en el salón del trono y los guardias cierran las puertas tras de sí. El Emperador tiene algo muy importante que decirle personalmente, pues, de lo contrario, se habría dirigido a usted uno de sus ayudantes. Se inclina y, en susurros, le habla de la batalla inminente a la que ha de enfren­tarse. ¿Unirá sus fuerzas a las de él?

El Emperador representa el liderazgo y la autodeter­minación. Nos muestra cómo desarrollar esas cualida­des en la vida.

Para alcanzar la posición de poder que ahora osten­ta, el Emperador tuvo que luchar por su independencia. Tuvo que aprender a ser autosuficiente. Es una persona que se ha hecho a sí misma. Tomó decisiones difíciles y venció a sus oponentes uno a uno. En ocasiones fue odiado, pero aún así mantuvo su integridad y se ganó el respeto de sus camaradas. Ahora, el Emperador es un ser firme y seguro de sí mismo.

El Emperador es la encarnación del guerrero moder­no. Sus armas son la buena voluntad y la autodetermina­ción. Se ha ganado la soberanía con el esfuerzo personal, y su reino se basa en la ley divina y la sabiduría. Sigue es­trictos códigos morales y éticos y espera que la gente también los siga. Después de todo, él representa el orden y la autodisciplina necesarios para alcanzar todo fin.

El Emperador nos enseña a evolucionar a través de nuestro poder personal. Nos insta a no confiar en los de­más y a seguir nuestros instintos e impulsos. No hemos de permitir, bajo ninguna circunstancia, que los demás nos dominen o manipulen. Debemos guardarnos de ce­der con excesiva rapidez o facilidad en situaciones conflictivas con otras personas. Las principales áreas que se han de trabajar son la confianza en uno mismo y la independencia. Alcanzaremos la felicidad cuando aprendamos a valorar nuestras opiniones y a defendernos.

El Emperador representa el principio masculino, el Yang, la figura del padre, el patriarca. Al igual que un padre, el Emperador instruye a sus hijos y los estimula para que progresen. Puede ver con objetividad qué es lo mejor para ellos, por eso es exigente y firme. Cuanto más grande sea el Emperador, más exigente será su doc­trina.


CÓDIGO GUERRERO DEL EMPERADOR.

En lo que atañe a valores éticos y morales, utilice la ra­zón, sea lógico.

Siga un código de honor.

Sea honesto. La libertad es para los honestos. Quien no es honesto, no puede ser libre. El que comete dema­siados actos dañinos contra el prójimo, pronto se verá atrapado en sus propias mentiras. Sólo si la per­sona confiesa y asume la responsabilidad de sus transgresiones podrá liberarse del sentimiento de culpa que sufre.

Sea un buen ejemplo para los demás.

Gánese la confianza de los demás. La confianza mutua es el vínculo más fuerte de las relaciones humanas. Para ganársela, debe demostrar que es digno de ella.

Por último, cumpla sus obligaciones.

Ahora el Emperador está libre del efecto de la vida y está centrado en la causa. Enseña que la libertad se ob­tiene asumiendo la responsabilidad. El Emperador es dueño de su propio destino. Asume la responsabilidad plena de sus actos. Cuanta más responsabilidad asume el Emperador con respecto a su vida, mayor es su capa­cidad para darle la dirección que desea.

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